SOBRE JOSEBA SÁNCHEZ ZABALETA
ELEANOR McKENZIE
PERIODISTA
«La pintora australiana contemporánea Alexandra Sasse dice: «El realismo siempre ha sido importante en España, aunque, como en la mayor parte del mundo del arte contemporáneo, hubo un periodo reciente en el que intentaron olvidar que eran realmente buenos en ello». Y añade: «Hay algo muy sobrio, casi descarnado, una gravedad que habita en mucha de la pintura española».
Las obras procedentes de artistas españoles contemporáneos demuestran una continuidad del alto nivel de maestría en este género, y Joseba Sánchez Zabaleta es uno de los artistas estrella de la Escuela del Nuevo Realismo Español.
El realismo de JSZ tiene ciertamente las cualidades descarnadas de las que habla Sasse. Su temática se centra en parte en espacios abandonados o en ruinas, representados con un detalle exquisito y minucioso. Pueden ser los restos de escombros de una ciudad devastada por la guerra, o un vertedero de ordenadores, impresoras y otros equipos informáticos en África, como en «Vertedero de Mali», que es otra vuelta de tuerca al realismo, y quizás una inesperada que saca al espectador de su sensación de complacencia.»
PILAR RUIZ GUTIERREZ
ESCRITORA, PERIODISTA, GUIONISTA Y CINEASTA
«El velo del tiempo hecho de abandono, desgaste y óxido, adquiere en las manos de JSZ, en su mirada, una dimensión poética inusual. Al obligarnos a observar con nuevos ojos lo minúsculo, lo humilde (esa cuchara, un simple plato), aquello que nunca vemos en nuestro tráfago diario, aparecen imágenes nuevas, reveladas como en un cuarto oscuro, salidas de un sueño del que por fin despertamos. Descubrimos entonces la existencia real oculta en los objetos y en los paisajes, materia desgajada del espíritu. Esa tensión nos recuerda la forma clásica, tan antigua como los bisontes de Altamira y los mármoles griegos, ese deseo furiosamente humano de atrapar el instante, y con él, la vida.»
CHRISTIAN RAVINA
CURATOR
«Velázquez nos enseñó como podemos entrar en una pintura, toda la magia del momento en el que se repite una y otra vez ante quien observa uno de sus cuadros. Con la obra de Joseba me ocurre lo contrario: es capaz de que el cuadro entre en nosotros. Al principio un susurro de algo que podemos estar ignorando, como una verdad que preferimos no ver, y ahí es cuando la magia opera y, lo que se ha visto ya no tiene vuelta atrás, nos obliga a acomodarlo, a entenderlo, y ese cuadro es el testimonio del momento de conversión hacia la idea que quiere transmitirnos. Y no todas las ideas que deben transmitirse son necesariamente cómodas cuando la distracción es el aire que nos mantiene vivos. ¿Quiero ver un hueso de pollo en un plato de Duralex? Depende. Joseba oficia la comunión de las cosas sencillas, que no simples, tal y como Zurbarán convierte la carne de los cartujos en cenizas de una coreografía de silencios. Y así el plato Duralex se eleva en destellos de vidrio por encima de lo cotidiano, y todo se detiene para hacernos pensar en las punzadas de la soledad o la carestía, y el milagro y la gracia de los alimentos. Una imagen suya basta para recordarnos que hay algo que podemos hacer mejor.»
EL OLVIDO QUE NOS HABITA
Almería, la tierra ausente
COLECCIÓN
LA LUZ DE LOS CLÁSICOS
COLECCIÓN
ODISEA DE LO COTIDIANO
Pinturas como poemas
COLECCIÓN
EL SUEÑO DEL HOMBRE
Metamorfosis de los lugares
LUGARES QUE HABITÉ
Huella y memoria
COLECCIÓN
TERRITORIOS DE LO POSIBLE
La emoción de lo inhóspito
COLECCIÓN
MIRADAS
El aliento de lo humano
COLECCIÓN
EL OLVIDO QUE SEREMOS
Almería, la tierra ausente
COLECCIÓN
LA LUZ DE LOS CLÁSICOS
COLECCIÓN
ODISEA DE LO COTIDIANO
Pinturas como poemas
COLECCIÓN
LUGARES QUE HABITÉ
Huella y memoria
COLECCIÓN
TERRITORIOS DE LO POSIBLE
La emoción de lo inhóspito
COLECCIÓN
EL SUEÑO DEL HOMBRE
Metamorfosis de los lugares
COLECCIÓN
MIRADAS
El aliento de lo humano
SOBRE J. SÁNCHEZ ZABALETA
ELEANOR McKENZIE
PERIODISTA
«La pintora australiana contemporánea Alexandra Sasse dice: «El realismo siempre ha sido importante en España, aunque, como en la mayor parte del mundo del arte contemporáneo, hubo un periodo reciente en el que intentaron olvidar que eran realmente buenos en ello». Y añade: «Hay algo muy sobrio, casi descarnado, una gravedad que habita en mucha de la pintura española».
Las obras procedentes de artistas españoles contemporáneos demuestran una continuidad del alto nivel de maestría en este género, y Joseba Sánchez Zabaleta es uno de los artistas estrella de la Escuela del Nuevo Realismo Español.
El realismo de JSZ tiene ciertamente las cualidades descarnadas de las que habla Sasse. Su temática se centra en parte en espacios abandonados o en ruinas, representados con un detalle exquisito y minucioso. Pueden ser los restos de escombros de una ciudad devastada por la guerra, o un vertedero de ordenadores, impresoras y otros equipos informáticos en África, como en «Vertedero de Mali», que es otra vuelta de tuerca al realismo, y quizás una inesperada que saca al espectador de su sensación de complacencia.»
PILAR RUIZ GUTIERREZ
ESCRITORA, PERIODISTA, GUIONISTA Y CINEASTA
«El velo del tiempo hecho de abandono, desgaste y óxido, adquiere en las manos de JSZ, en su mirada, una dimensión poética inusual. Al obligarnos a observar con nuevos ojos lo minúsculo, lo humilde (esa cuchara, un simple plato), aquello que nunca vemos en nuestro tráfago diario, aparecen imágenes nuevas, reveladas como en un cuarto oscuro, salidas de un sueño del que por fin despertamos. Descubrimos entonces la existencia real oculta en los objetos y en los paisajes, materia desgajada del espíritu. Esa tensión nos recuerda la forma clásica, tan antigua como los bisontes de Altamira y los mármoles griegos, ese deseo furiosamente humano de atrapar el instante, y con él, la vida.»
CHRISTIAN RAVINA
CURATOR
«Velázquez nos enseñó como podemos entrar en una pintura, toda la magia del momento en el que se repite una y otra vez ante quien observa uno de sus cuadros. Con la obra de Joseba me ocurre lo contrario: es capaz de que el cuadro entre en nosotros. Al principio un susurro de algo que podemos estar ignorando, como una verdad que preferimos no ver, y ahí es cuando la magia opera y, lo que se ha visto ya no tiene vuelta atrás, nos obliga a acomodarlo, a entenderlo, y ese cuadro es el testimonio del momento de conversión hacia la idea que quiere transmitirnos. Y no todas las ideas que deben transmitirse son necesariamente cómodas cuando la distracción es el aire que nos mantiene vivos. ¿Quiero ver un hueso de pollo en un plato de Duralex? Depende. Joseba oficia la comunión de las cosas sencillas, que no simples, tal y como Zurbarán convierte la carne de los cartujos en cenizas de una coreografía de silencios. Y así el plato Duralex se eleva en destellos de vidrio por encima de lo cotidiano, y todo se detiene para hacernos pensar en las punzadas de la soledad o la carestía, y el milagro y la gracia de los alimentos. Una imagen suya basta para recordarnos que hay algo que podemos hacer mejor.»